Jamás me lo hubiera imaginado y te amaré siempre a pesar de todo
Mi historia empieza en el año 2004, en verano. Donde yo vivo se mudaron unos vecinos nuevos. Eran una pareja de matrimonio y sus dos hijos. Un día, por casualidad, estábamos yo y mis amigas/os en la calle y conocimos a un chico, que a primera vista no me gusto nada. Era el típico creído que iba de flor en flor…y eso a mí no me gustó. Sólo como amigos.
Este chico resultó ser el sobrino de mi nuevo vecino, al cual lo vería cada fin de semana porque él iba a ayudar a su tío con la mudanza y demás. Al conocerlo, a él le gustó una amiga mía, con la cual al cabo de unos días tuvo algo. Nada, solo 3 besos, pero todo gracias a mí, por ser la amiga celestina. Al pasar los días, él me empezó a llamar a mí en vez de a ella, porque lo de ellos dos no fue nada y acabó. Lo dicho, él empezó a llamarme a mi, hablar conmigo, a verme… y sin quererlo lo empecé a querer. Al cabo de unos meses me propuso salir juntos porque decía que yo le gustaba mucho, pero me lo pensé bastante, porque no sabia si el volvería a ir de flor en flor.
Empezamos a salir un día 15 de septiembre del 2004. Ese día fue el mejor de mi vida. Pasó un año y todo iba súper bien. Pasaron dos y tanto de lo mismo. Pasaron tres y todo bien, aunque con nuestros más y menos. Recién hechos 3 años, él me confeso con lágrimas y llantos un problema: que estaba enganchado a las drogas. Yo la verdad que jamás me espere eso de él. Llevaba casi 3 años engañándome con eso y yo, tonta de mí, no me daba cuenta. Intenté estar a su lado, volvió a caer. Él me decía que no, que cuando quisiera él lo podía dejar, pero no fue así. Después de tanto tiempo esperando a que eso fuera verdad, rompimos. Yo no podía más. Verlo mal, yo pasarlo mal, mentiras, engaños, deudas…
Al cabo de meses volvimos y tanto de lo mismo, él volvió a caer. Lo dejamos y así 4 veces mas, intentando que cada vez fuera todo mejor, pero nada fue así y nada hasta ahora que no estoy con él y no es porque no queramos sino que nos amamos con locura, pero es un querer y no poder.
Lo seguiré amando siempre, pero si no cambia. Yo no quiero que mi vida sea un infierno. Espero que si alguien está pasando por lo mismo lo lea y lo piense bien. Yo cada día pienso que ojalá nada de esto hubiera pasado, que me despertase y hubiese sido todo un sueño. ¡Pero no! Es la realidad y hay que aprender a vivir con ella, por más que nos duela.
(Anónimo)