Después…
“Las verdades me guiaron hacia ti…”
¿Alguna vez, se han sentido tan enamorados, que con tan solo ver a esa persona te vuelve loco?
Bueno pues así me paso a mí. Fue un día cualquiera en el que sus ojos me guiaron hacia el amor de una manera tan dulce, que sentí que era el perfecto. Y así fue.
Llegó el momento en el que por fin, mis deseos se cumplieron y fuimos novios. Todos los días lo miraba y me enamoraba más y más de él.
Luego de varios días llego el primero de octubre, poco a poco entre minutos de espera y chistes. Sentía eso llamado “mariposas en el estómago”. Pero bueno, eso no fue todo.
Después de minutos de espera entramos a la sala. Mi propósito era abrazarlo y decirle cuanto lo amaba. Pero bueno, en esto tiene pros y contras el pro era que simplemente “lo iba a cumplir” y, bueno, ya se imaginaran el contra, no lo cumplí.
Después de quince minutos de anuncios, voltee a verlo, mi corazón latía cada vez más fuerte, el me siguió la mirada y después de varios segundos, surgió lo inesperado. Aquel beso, dulce, tierno, con amor, sin miedo a equivocarse, con el amor en el que cualquiera quisiera sentir… Fue así como ese día, recordado por los dos, se ha vuelto inolvidable.
Poco a poco pasaron los días, con recuerdos y risas. Pero bueno tampoco crean que el amor creció sin equivocaciones. Sí, hubo peleas, pero saben que es lo que me gusta de esto, que siempre sale uno aprendiendo de los errores que cometimos, y nos damos cuenta que en verdad no queremos perder a esa persona tan importante para nuestro corazón.
Llegaron los meses, se fueron perdiendo con recuerdos, pero lo que nunca perdía era el amor que sentía por él.
¿Alguna vez han sentido esa emoción para llegar a la escuela solo para ver a la persona que tanto aman? Pues así fue.
Seguían pasando los meses, ya llevábamos 3 meses, inolvidables, por cierto. Los besos se convirtieron en hechos inolvidables. La sonrisa no me la podía quitar nadie, los chistes se volvieron obligatorios.
¿Por qué me amas?- le pregunte, él se quedó callado, esperaba que no fuera nada malo. Quedamos en que íbamos a hacer una carta por la razón. Pero nunca se me ocurrían las razones por las cuales de la noche a la mañana me enamore completamente de él. Hasta que llegó un día inolvidable, el dos de enero, al igual que el primero de octubre, fue lento, con razones por cual amar.
Después de pasar dos horas con él, de besos caricias y demás…. Me quede pensando la tal pregunta “¿Por qué lo amaba?” Y me llegó la respuesta. Simplemente la respuesta fue sencilla, fue rara. Simplemente fue: “Porque sí”. Lo amo porque sí, porque no hay otra razón por cual amarlo si es perfecto.
“El verdadero amor es como el mar, se ve el principio, pero nunca el final”
Llego el siguiente día, nos quedamos de ver a las 10:30 en el parque. Y así fue, después de varios abrazos… me dijo: “¡Solo abrázame me siento mal!” Me quede con la duda, y como no me puedo quedar callada, le pregunté. No me quiso decir. Después de una caminada leve me dijo… “por una pesadilla que tuve, en el cual cortabas conmigo”. ¿Ustedes que harían? Bueno pues yo le respondí con lo que me dictaba mi corazón desde lo profundo de mis sentimientos “Yo te amo, y nunca te dejaría ir. Te amo”. Lo abracé. Prometimos. Y quedó en el pasado. Pero ¿saben? ¿Quién cortaría con el verdadero amor? ¿Quién sería capaz de perder a ese amor por el cuál sabes perfectamente que es el indicado? Me hubiera gustado decirle eso pero pues bien dicen “que le hubiera no existe” ¿Entonces? Que harían. Yo no hice nada, pero espero que mañana le pueda decir.
Y así es como espero que siga nuestra historia de amor.
”El pasado se puede olvidar, el presente vivir, y el futuro revivir…”
(Anónimo)